La jovencita, con una mezcla de timidez y valentía, se detuvo en su habitación, sus mejillas sonrojadas y sus manos temblando ligeramente. «Vamos, puedo hacerlo,» murmuró, su voz apenas un susurro, mientras comenzaba a desvestirse lentamente, exponiendo poco a poco su piel suave y pálida. «Mmm, sí,» gimió suavemente, mientras se quitaba la blusa, revelando su sujetador de encaje, sus pechos pequeños y firmes. «Aquí las tienen, mis tetas,» dijo, con una risita nerviosa, mientras se movía ligeramente, mostrando su cuerpo en toda su gloria. Con un suspiro, se bajó la falda, quedándose solo en ropa interior, sus piernas temblando ligeramente. Finalmente, con un movimiento decidido, se quitó las bragas, exponiéndose completamente, su cuerpo desnudo y vulnerable, un testimonio crudo y erótico de su valentía y su deseo, mientras se dejaba llevar, sus gemidos y sus suspiros llenando la habitación, un recordatorio de su confianza y su audacia, su timidez y su placer entrelazados en cada movimiento, aceptando el reto con una mezcla de nerviosismo y excitación, su desnudez una declaración de su coraje y su pasión.
es un poco timida la jovencita pero aceptar el reto de desnudarse completita
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